Apéndice I – Bajo el callejón de la rata. - “El demonio familiar”

Intente que el maestro me escuchara pero no era posible. Cierta magia impedía el sonido ahí en la oscuridad bajo ese callejón asqueroso. Claro que de donde el proviene es mucho peor. Las profundidades de los nueve infiernos hacen ver al callejón de la rata como un paraíso soleado y limpio.

Lo cierto es que el hechicero lo estaba buscando. Podía sentirlo en su cabecita. Pero no quería revelar su presencia. Sabía que había llegado su hora y no quería participar en ello.

Shafiron es un pequeño demonio del tercer círculo infernal. Acudió a la llamada del hechicero, pero nunca correspondió como su “familiar” mágico. En realidad usurpo el lugar del murciélago que el hechicero esperaba como compañero. Fue un delicioso tentempié.

El pequeño demonio había servido a varios hechiceros malvados antes. Del primero si haba sido su familiar. Y aprendió mucho en lo años que paso con el retorcido Helbard cráneo amarillo. Este archimago llevaba años destruido por un grupo de paladines. Su filatelia y su cuerpo muerto viviente en su forma de liche había sido dispersado y mil veces destruido.

No quedaba rastro del ni de su conocimiento supremo de la magia negra.

Ahora había respondido al llamado de este joven pero prometedor hechicero. Su rabia, miedo y codicia eran tan gratificantes que Shafiron había decidido hacerse pasar por su familiar un tiempo. Antes de revelarle su mentira. Antes de compartir el conocimiento y guiar al aprendiz por la senda de la vileza mas pura.

El hechicero aprendía rápido. Por recomendación del diablillo había asesinado ya a otros dos aprendices. Enmascarando bien la escena y ahora estaba encomendado a una importante misión para su señor Oloth.

Un pena. El niño prometía grandes cosas. Pero por lo visto era débil. Seguiría a su cadáver. Tal vez seguiría a su alma también, la traería de nuevo a su cuerpo rígido y luego lo volvería a asesinar. El diablillo no gustaba ser decepcionado.

Que tendría que hacer? Vengar al joven hechicero? No. La debilidad no es excusa en los infiernos para la venganza. Tal vez solo torturaría a este grupo de bonachones por placer. Por ahora solo los mantendrá cerca. A tiro.

Pensaba- Soy bueno para mantenerme invisible constantemente. O adoptare la forma de un gusano y carcomeré su piel para estar siempre al tanto. Y si nada de lo que hacen me interesa. Los matare de todas formas.